Nada, que no hay de otra con las elecciones en México que contar voto por voto.
Es curiosa la reacción ante tal petición.
Unos dicen que ya se hizo (nunca había visto que "conteo" fuera igual a recuento, uno se hace primero que el otro, ¿no?).
Otro insinúan, "...pero quizás se llegaría a anular la elección...,...¡que horror!...". "Pues ni tanto amigo", si eso pasa, entonces qué más razón para haber impugnado la elección y que demostración de que hubo algo chueco. Me parece que si la elección no se anula y sí se cuentan los votos nuevamente (sí otra vez desde cero = recuento de votos, pero por favor, sin apuro, nada de querer contar con horarios seguidos, sin parar y con mentes cansadas) se tendrá mayor autoridad para el candidato ganador.
Otros comentan, "...¿pero hasta dónde llegará esto?...". Mi parecer es: hasta donde tenga que llegar. Me queda claro que en nuestro país no hay confianza o más bien hay desconfianza histórica en las instituciones. La confianza se irá ganando paso a paso a través del tiempo generacional, no inmediato, por ello aunque fuese la institución más limpia de México, tendrá que estar sujeta a revisión y comprobación, porque sencillamente de lo que se duda en México en realidad, no es de las instituciones, sino de la gente que las opera, ya que de uno u otro modo todos conocen (quizás genéticamente) ciertas tendencia de comportamiento de los personajes a cargo, que va a costar un mundo de nacimientos cambiar.
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